Si entraste a leer este artículo sos de las mías (o de los míos), que más de una vez, nos planteamos objetivos para el año siguiente y nos pasó una de estas dos cosas. La primera: se nos pasó la motivación al mismo tiempo que nos bajó el pan dulce. Y la segunda, la vida nos pegó una revolcada que nos dejó c%L* para arriba y los objetivos salieron de la lista de prioridades. Si te identificaste con alguna de estas cosas seguí leyendo.
Desde principios de diciembre estamos bombardeados con un montón de tips, hacks, consejos y hasta amenazas sobre los objetivos para el año que comienza. Y por acá, que más o menos ya tengo algunas navidades y comienzos de años encima, tengo claro que los objetivos son importantes. Pero también sé que muchas veces, en Marzo ya andamos por otros caminos y ese papelito donde escribimos nuestros objetivos para este año probablemente termine abajo de la pata de una mesa que estaba en falso.
Me gustó ponerle el nombre de "objetivitis" (es totalmente inventado) a la frustración que nos invade cuando abandonamos a los 2 meses (o antes) los objetivos que nos planteamos en el fervor de las fiestas de fin de año.
Cuestión que, después de haber consumido un montón de información acerca de este tema, recopilé las prácticas que me parecen (reitero: me parecen) las más sensatas (y tranquis, como para no enloquecerse) a la hora de visualizar metas a cumplir de acá en adelante:
- Los objetivos podés ponerlos en cualquier momento. Si en Enero todavía estás lengua de afuera con lo que fue la locura de Diciembre no pasa nada. No te pongas objetivos o metas al tuntún, que después no vas a poder sostener porque ni siquiera se alinean con lo que de verdad querés. No importa en que momento del año te traces un objetivo. Importa que sean metas que de verdad quieras cumplir. Y esto me lleva a lo siguiente.
- Cuando te traces un objetivo pensá con mucho cuidado en el “para qué”. Te pongo un ejemplo. Suponete que este año querés aprender inglés. Bárbaro. El objetivo ya lo tenés. Ahora pensá: ¿Para qué quiero aprender inglés? Si no tenes un “para qué” claro y realizable a corto plazo es mucho más probable que abandones, pues hacer un esfuerzo por algo que no tenés muy claro no es muy motivador. Ahora, si decís “quiero aprender inglés porque el año que viene me voy de viaje a EE.UU” es un PARA real, lo que querés es poder desenvolverte bien con el idioma en ese país.
- Explorá las alternativas. Si sos una persona que le cuesta hacer ejercicio no te pongas como meta algo que va a terminar siendo una tortura y que probablemente termines abandonando a las 2 semanas. En vez de decir "este año me voy a poner las pilas y voy a ir al gimnasio todos los días", cosa que si no te gusta probablemente sea difícil de cumplir, preguntate por qué querés hacer eso. Si la respuesta es “quiero hacerlo porque necesito mejorar mi salud” ahora sí estamos visualizando el objetivo real. Cuando desglosamos la idea y vamos hasta la raíz, se abren un montón de alternativas diferentes para cumplir con ese por qué. Cuando entendemos que mejorar nuestra salud se puede hacer de diferentes maneras, podemos ver que no solo depende de ir al gimnasio. Y si ir al gimnasio es algo que te cuesta mucho podés cambiarlo por “voy a salir a caminar 2 veces por semana y comer una fruta todos los días”. Que este objetivo sea algo más “cumplible” pero que te ponga en camino para lograr el objetivo real. A medida que vayas cumpliéndolo y te sientas cómoda podés aumentar la frecuencia, por ejemplo.
- Planteate un rango de tiempo para medir los resultados. Retomando el ejemplo de aprender inglés, necesitamos planificar hacer una parada técnica para comprobar cómo venimos. Si por ejemplo en un mes no lograste ir a una clase de inglés, es un buen momento para ver qué cosas se interpusieron entre vos y tu meta y para encontrar la manera de reacomodarlas. Quizás también sea el momento para plantearte qué tan importante es ese objetivo para vos, y hacer de nuevo el ejercicio de “para qué y porqué” querías lograrlo.
Es importante recordar que en la vida pasan cosas que no podemos prever al 100%, y no significa que nunca vas a poder cumplir tus objetivos. Significa que somos seres humanos y que no podemos predecir el futuro. Lo que sí podemos es alinear nuestras acciones para hacer todo lo posible para alcanzar nuestras metas.
Creo que realmente no hay una receta infalible para asegurarnos de cumplir los objetivos que nos pusimos, pero lo que me parece muy importante es intentar bajar la tasa de posibilidades de fracaso para no generarnos frustraciones al santo pepe.
PD: Si, ya sé que la foto es del año pasado, pero uno de mis objetivos para este año es no enloquecerme con detalles y enfocar mi energía en lo importante.
Abrazo grande,
Pame